6 may 2007

Samedum

¡Samedum!
Busco palabras para escribir tu nombre.
¡Trascaril!
Todo se escurre.
¿Verso tus ojos?
En medio del convivir continuo.

¡Una copita de anís, Antonio!

Y en un horizonte,
que me han contado,
circula tu cintura que ecuada el mundo.

Y yo,
que soy lapón en tantas cosas
y al mismo tiempo
tropical vocacionario,
para poder vivir,
gota a gota goteando,
estoy
en este sinvivir viviendo
cuando quisiera
ser laúd para tus manos.

¡Ay! Niña silenciosa,
¡qué de universos encierran tus labios!
¡qué de potentosas óperas, sinfonías!
¡qué de latidos de vida!.

¡Tú qué sabes!
Ni tienes porque saber.

Si tú supieras
no sabrías porque el mundo se parara
y no sería yo
el único que te amara.



Marzo, 1998

No hay comentarios: