Y la luna dormitaba,
Abría un ojo y reía.
¡Yo creía que la luna
Era mi alma dormida!
Abrí los ojos y vi
A la luna estremecida.
Me hacía guiños de farera
Loca, celosa y dolida.
Amante yo, empezador
De amar lunas doloridas
Amé de todas las lunas
Que dolían a mis oídas.
Y harto de oir y de amar
Me fui a contar
Las olitas de la mar.
19 jul 2007
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1 comentario:
Eres un auténtico contador de olas, Salud
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